martes, 7 de julio de 2020

Gracias y hasta pronto.

Mira, sinceramente no tengo ni idea de cómo empezar esto así que voy a escribir sin introducción porque sería nefasto.

Quería agradecerte que hayas aparecido en mi vida aunque todo acabara en un caos. Es cierto, no fue mi culpa, no tuve culpa de nada. No fue mi culpa la intensidad, no fue mi culpa lo que actualmente digan de mi, no lo fue las tardes en la playa y tampoco lo fue las noches que pasamos juntos. 

Fue sumamente gratificante haber dado consejos que supongo que nunca fueron escuchados a una persona que no fue capaz de encaminar su vida en ese momento. Sí, fue la edad, la experiencia que desde la mayor de las sinceridades quería ayudar, dar consejos. Se me preguntó de una manera muy profunda y sincera, de la misma manera respondí.
Sin quererlo llegó algo más y es algo que agradezco. Soy el primero que pasó por ese duro golpe en el que te das cuenta de que las cosas no son para siempre, de la misma manera que la tierra se erosiona y el hierro se oxida. Lo único que es para siempre es el amor que tengo a mi madre, la única mujer que amo de verdad.
Nunca olvidaré todos los momentos juntos, fue maravilloso. Las cosas más sencillas resplandecían, la luna reflejándose en el agua, la marea subiendo, los golpes que me daba en el pie por pasar por lugares en las que podríamos haber muerto. Esa mirada en la que desconectaba del mundo real y entraba en un portal a otra dimensión, esa sonrisa que inspiraba una cuna para mi niño interior. Recuerdo que dormía extremadamente bien, despertarme y querer darte una sorpresa culinaria mañanera o aquella vez en la que me sorprendiste lo bien que te quedó esa tostada.
La vez que me recogiste en el aeropuerto que me encontré contigo de frente y te abracé como si hubieran pasado meses.
Sentía que todo era un juego, a veces de azar, divertido, intenso. Pero también hay que hacer repaso a lo ocurrido, habían muchas cosas que quedaron atrás que me afectaron personalmente.
Solamente yo me centraba en lo que era importante, es cierto que ese tipo de cosas eran bonitas y divertidas pero la vida no es siempre así y es algo que había mencionado en una de esas dudas nocturnas.
La vida no es como las películas, la vida es dura y sacrificada pero también es bella por lo anterior. Esa sensación de superar obstáculos, prepararse, intentar tener una vida plena, ese tipo de cosas. Todes tenemos derecho a volar pero primero hay que saber correr.

Valga la redundancia, quiero agradecer que hayas aparecido en mi vida, por todos esos besos y abrazos, por todas las veces en las que nos fundimos, por todas las veces que salimos corriendo a toda prisa, por toda la calma que en muchas ocasiones me transmitiste en momentos difíciles, por hacer que parecieran las cosas más fáciles de lo que eran. Siempre estuve orgulloso de ti aunque ahora mismo te sea indiferente.
Siempre he esperado ese último abrazo que no va a llegar nunca. Si vuelves no seré el mismo, tú tampoco serás la misma o eso quiero pensar, solo quiero que las cosas te vayan bien, que tengas una vida sana, que cumplas con tus objetivos y tus sueños, que sigas besando todas las veces que quieras, que sigas paseando todo lo que necesites, que te llenes de salitre cada vez que las cosas se pongan feas, que sigas contando con tu gente, que tu vida se llene de sonrisas y lagrimas sin olvidar la plenitud. Recuerda lo que decía La Maravillosa Orquesta del Alcohol:

Busco esperanza en mis semejantes
Reconocerme entre los charcos
Oigo vibrar a la mar en las noches tristes
Cuándo se calla el viento
Morir siendo un vagabundo en París como Oscar Wilde
Y salvar en Olympia como Edith
Quiero quemar la culpa y gritar 'Non, Je ne regrette rien'

Vive así, sin que te arrepientas de nada, es mi forma de vida. Aprende, de verdad, 'aprende' con todas sus letras, disfruta de cada momento, de cada beso, de cada polvo, de cada risa, de cada poesía.

Es el último consejo que podré darte a mis 30 años. Sé que te va a dar igual todo esto y me dirás "¿a qué viene todo esto?". Pues es una despedida como te mereces. Tal vez no vuelva a verte nunca y si te veo sabré que estás bien cosa que me alegrará mucho. No soy un bicho, un monstruo, no te odio. Estaría bien un saludo, verte bien, hablar de manera casual como en la cola de Ayax.

Pero por favor, no "vuelvas" nunca.

Sin más me despido de tí, ya va siendo hora.

Muchísimas gracias por todo, te echaré de menos.

Hasta pronto.

jueves, 18 de junio de 2020

Suéltalo


Tal vez lo leas, tal vez te lo pase, tal vez lo veas, tal vez ninguna de las anteriores.

No voy a justificarme porque eso es lo que hacen las personas que han hecho algo malo o han querido alguna vez hacer daño. Esto último es lo que han querido hacerme a mí y es lo que te había escrito en aquel SMS.

No voy a atacar a nadie a pesar de ya por fin haberme enterado de todo incluyendo personas que antiguamente orbitaban en mi vida sin acercarse. A pesar de estar en todo mi derecho a decir esas 4 cosas a cada una de las personas implicadas ya sea que son personas que hayan empezado todo o sean personas que hayan creído alguna palabra, y aún estando en mi derecho no lo haré porque soy una persona leal y solamente hablo con las personas que me importan y que sé que el camino más corto es el camino que va recto.

Tú me importas aún habiendo ocurrido todo lo que ha pasado, tal vez me tengas un odio increíble o que pienses gracias a esas personas que soy ese tipo de personas que nos han ido afectando a lo largo de nuestra vida y no voy a decir la palabra. Yo no, no odio, ya he dicho a tu amiga que te sigo teniendo cariño.

He aprendido muchas cosas contigo, he aprendido a valorarme, he aprendido a aceptarme, he aprendido otra manera de comunicarme, a vivir las cosas un poquito más intensamente.
También he aprendido muchas cosas malas, que al experimentarlas sé que son cosas que no hay que hacer y cosas que quiero evitar el resto de mi vida.

Leyendo entradas anteriores me he dado cuenta de que hay personas que aún están y otras personas que no están, de mi evolución. Cuándo más escribía era recién salido de una de las peores etapas de mi vida, vida que alguna ocasión llegué a contar. He estado hasta hace realmente poco afectado por los daños ocasionados con esa relación y que empeoró con creces tras la siguiente. Mi problema fue no saber gestionar las cosas, nunca tuve tiempo para pensar, nunca tuve tiempo para hablar ni abrirme a alguien que me permita ver las cosas de otra manera. Se minó tanto mi personalidad que tuve que labrarme el ser el yo que soy ahora con el que soy feliz. El que conociste en la cola del concierto de Ayax, el que conociste por las tardes en los mensajes de Instagram, el que conociste por las videollamadas. Ese soy yo y no sabes lo tanto que agradezco que hayas entrado en mi vida aunque haya sido muchísimo más breve de lo que sé que en principio deseábamos.

Supongo que las historias tienen un final pero siento que no es un final digno de una buena y gran historia. Sigo pensando que el “guión” (siguiendo con la jerga cinematográfica) que se nos ha asignado está todo en borrador que las cosas se pueden solventar de una mejor manera. Las cosas no serán las mismas, las situaciones cambian, las cosas cambian, yo cambio, tú cambias. Pero los finales pueden mejorarse a veces, este es uno de los casos. No merecemos este final para una gran historia. ¿No te pasa que ves algo, lo lees y aunque sea corto lo disfrutas por el pedazo de final o por la súper moraleja que te deja? Esta es la que merecemos. Creo que merecemos esa conversación, que podamos mejorar ese final, ese amago de Plot twist que hace que todo lo de atrás o cobre mejor sentido o que te lo cambie por completo. Esas cosas que hacen que una historia sea memorable por siempre, aunque ya para mí lo es por varias razones y esta es una de ellas, tener este tema a medias deseando con todas mis ganas que acabara el confinamiento para poder verte y acabar esta historia que debió acabar de mejor manera.

No soy esa persona que dicen que soy, no quiero hacer daño a las personas que quiero ni a las que me importan. No podemos cambiar el pasado y remover aguas pasadas no es lo que quiero precisamente.



Todo se puede mejorar con una sonrisa mínimamente.




Edit 17/06/2020

Hoy te vi (17 de junio 2020) y sentí algo muy fuerte. Deseaba que me vieras, deseaba que sonrieras, deseaba que habláramos y tuviéramos una de esas conversaciones en la playa en la que tanto tú como yo nos abrimos (más tú que yo fue en la realidad).

Pensé que me odiarías, pensé que no quieres saber absolutamente nada de mí, que te iba a molestar.

Pero al tiempo me calmé y solo con saber que estás bien tenía más que suficiente. En su coche, ella vestida de blanco con flores (o eso parecía) irradiaba de todo. Como siempre. Un ser de luz.

La echo de menos, para qué mentir.

Echo de menos salir con el coche, perdernos con nuestra música, poner cualquier tema chorrada, cantarlo a gritos y decir “venga CANTA CONMIGO”, oírla reírse y bailar en el coche mientras aplaudimos.

Sigo pensando que a día de hoy podríamos pasarlo bien igualmente.