Tal vez lo leas, tal vez te lo pase,
tal vez lo veas, tal vez ninguna de las anteriores.
No
voy a justificarme porque eso es lo que hacen las personas que han
hecho algo malo o han querido alguna vez hacer daño. Esto último es
lo que han querido hacerme a mí y es lo que te había escrito en
aquel SMS.
No
voy a atacar a nadie a pesar de ya por fin haberme enterado de todo
incluyendo personas que antiguamente orbitaban en mi vida sin
acercarse. A pesar de estar en todo mi derecho a decir esas 4 cosas a
cada una de las personas implicadas ya sea que son personas que hayan
empezado todo o sean personas que hayan creído alguna palabra, y aún
estando en mi derecho no lo haré porque soy una persona leal y
solamente hablo con las personas que me importan y que sé que el
camino más corto es el camino que va recto.
Tú
me importas aún habiendo ocurrido todo lo que ha pasado, tal vez me
tengas un odio increíble o que pienses gracias a esas personas que
soy ese tipo de personas que nos han ido afectando a lo largo de
nuestra vida y no voy a decir la palabra. Yo no, no odio, ya he dicho
a tu amiga que te sigo teniendo cariño.
He
aprendido muchas cosas contigo, he aprendido a valorarme, he
aprendido a aceptarme, he aprendido otra manera de comunicarme, a
vivir las cosas un poquito más intensamente.
También
he aprendido muchas cosas malas, que al experimentarlas sé que son
cosas que no hay que hacer y cosas que quiero evitar el resto de mi
vida.
Leyendo
entradas anteriores me he dado cuenta de que hay personas que aún
están y otras personas que no están, de mi evolución. Cuándo más
escribía era recién salido de una de las peores etapas de mi vida,
vida que alguna ocasión llegué a contar. He estado hasta hace
realmente poco afectado por los daños ocasionados con esa relación
y que empeoró con creces tras la siguiente. Mi problema fue no saber
gestionar las cosas, nunca tuve tiempo para pensar, nunca tuve tiempo
para hablar ni abrirme a alguien que me permita ver las cosas de otra
manera. Se minó tanto mi personalidad que tuve que labrarme el ser
el yo que soy ahora con el que soy feliz. El que conociste en la cola
del concierto de Ayax, el que conociste por las tardes en los
mensajes de Instagram, el que conociste por las videollamadas. Ese
soy yo y no sabes lo tanto que agradezco que hayas entrado en mi vida
aunque haya sido muchísimo más breve de lo que sé que en principio
deseábamos.
Supongo
que las historias tienen un final pero siento que no es un final
digno de una buena y gran historia. Sigo pensando que el “guión”
(siguiendo con la jerga cinematográfica) que se nos ha asignado está
todo en borrador que las cosas se pueden solventar de una mejor
manera. Las cosas no serán las mismas, las situaciones cambian, las
cosas cambian, yo cambio, tú cambias. Pero los finales pueden
mejorarse a veces, este es uno de los casos. No merecemos este final
para una gran historia. ¿No te pasa que ves algo, lo lees y aunque
sea corto lo disfrutas por el pedazo de final o por la súper
moraleja que te deja? Esta es la que merecemos. Creo que merecemos
esa conversación, que podamos mejorar ese final, ese amago de
Plot twist que
hace que todo lo de atrás o cobre mejor sentido o que te lo cambie
por completo. Esas cosas que hacen que una historia sea memorable por
siempre, aunque ya para mí lo es por varias razones y esta es una de
ellas,
tener este tema a medias deseando con todas mis ganas que acabara el
confinamiento para poder verte y acabar esta historia que debió
acabar de mejor manera.
No
soy esa persona que dicen que soy, no quiero hacer daño a las
personas que quiero ni a las que me importan. No podemos cambiar el
pasado y remover aguas pasadas no es lo que quiero precisamente.
Todo
se puede mejorar con una sonrisa mínimamente.
Edit
17/06/2020
Hoy
te vi (17 de junio 2020) y sentí algo muy fuerte. Deseaba que me
vieras, deseaba que sonrieras, deseaba que habláramos y tuviéramos
una de esas conversaciones en la playa en la que tanto tú como yo
nos abrimos (más tú que yo fue en la realidad).
Pensé
que me odiarías, pensé que no quieres saber absolutamente nada de
mí, que te iba a molestar.
Pero
al tiempo me calmé y solo con saber que estás bien tenía más que
suficiente. En su coche, ella vestida de blanco con flores (o eso
parecía) irradiaba de todo. Como siempre. Un ser de luz.
La
echo de menos, para qué mentir.
Echo
de menos salir con el coche, perdernos con nuestra música, poner
cualquier tema chorrada, cantarlo a gritos y decir “venga CANTA
CONMIGO”, oírla reírse y bailar en el coche mientras aplaudimos.
Sigo
pensando que a día de hoy podríamos pasarlo bien igualmente.